Platero y yo es un retrato lírico de la niñez del poeta en Moguer. Elegía constituida por breves estampas en prosa poética, recrea la vida y los personajes del pueblo. Es un ejemplo práctico de pedagogía y moralidad humanas, y fue y es usada actualmente para enseñar castellano en la mayoría de escuelas españolas e iberoamericanas, incluso en otros países del mundo, por lo que todas las generaciones vivas la recuerdan con especial cariño.
Platero y yo
Empecé a escribir Platero hacia 1906 a mi vuelta a Moguer después de haber vivido dos años con el jeneroso doctor Simarro. El recuerdo de otro Moguer unido a la presencia del nuevo y mi nuevo conocimiento del campo y de la jente, determinó el libro. Entonces yo iba mucho por el pueblo con mi médico Luis López Rueda y vi muchas cosas tristes. Primero lo pensé como libro de recuerdos del mismo estilo que Las flores de Moguer, Entes y sombras de mi infancia, Elejías andaluzas. Yo paseaba en soledad y compañía de Platero, que era una ayuda y un pretesto, y le confiaba mis emociones. (Juan Ramón Jiménez)
Platero, el burrillo moguereño lírico y retozón –que Juan Ramón Jiménez fijó para siempre en unas leves páginas inmortales, sigue lleno de vida plena, contagiadora y feliz. Aunque su primera salida al campo de las letras ocurrió en 1914, en edición abreviada que apenas tuvo eco, su aparición definitiva fue en 1917. Desde entonces, en rústica o en edición de lujo, con ilustradores más o menos compenetrados con la magia del libro, el burrillo trotón ha ido invadiendo el mundo hispánico de las letras y, por obra y gracia de sus traductores, se ha ido haciendo, sucesivamente, francés, inglés, italiano, portugués, alemán, sueco, ruso, japonés, hebreo …. aunque siempre, por no sabemos qué milagro, haya permanecido español, andaluz y moguereño. Frenéticamente. (“La silvestre historia de Platero”, de Francisco Garfias, 1952)
Juan Ramón… ¿Platero existió?
Muchas personas me han preguntado si Platero ha existido… Claro que ha existido. En Andalucía todo el mundo, que tiene campo, además de caballos y yeguas y mulos, tiene burros. El burro tiene servicio distinto que el caballo o el mulo y necesita menos cuidado. Se usa para llevar cargas menores en los paseos de campo, para montar a los niños cansados, para enfermos por su paso. “Platero” es el nombre general de una clase de burro, burro de color de plata, como los “mohínos” son oscuros y los “canos” blancos. En realidad, mi Platero no es un solo burro sino varios (en uno), una síntesis de burros plateros. Yo tuve de muchacho y de joven varios. Todos eran plateros. La suma de todos mis recuerdos con ellos me dio el ente y el libro.